Tengo una cabeza para pensar; dos brazos para abrazar a mamá; dos piernas para correr; dos manos para jugar y dos pies para caminar... todo eso forma mi cuerpo. Para cuidar mi cuerpo, como todo lo que me da mamá, no ingiero golosinas entre comidas; duermo de ocho a diez horas diarias para realizar mis actividades con energía y hago ejercicio todos los días.
Mi cuerpo realiza funciones como caminar, correr, saltar comer y ver. Cuando no estoy enfermo me gusta jugar, estudiar y comer.
El de la vista, que me permite conocer la forma, tamaño, color y distancia de las cosas, con mis ojos puedo leer, observar el paisaje y muchas cosas bellas. Para cuidarlos evito frotarme los ojos con las manitas sucias, veo la televisión a una distancia adecuada, y no veo directamente la luz del Sol o de los focos. Cuando siento alguna molestia, le aviso a mis papás y ellos me llevan con el médico para que revise mis ojos y me mande alguna medicina.
El sentido del gusto está en la lengua; me permite conocer si el sabor de las cosas es dulce, amargo o salado. Para cuidarlo evito comer alimentos muy calientes, picantes, ácidos o salados y mantengo siempre limpia mi boca.
En mi piel está el sentido del tacto, que me permite conocer la dureza, la temperatura y el peso de las cosas. Para cuidar mi piel me cambio de ropa todos los días, evito tocar objetos muy calientes o fríos y me baño todos los días.
Mediante el sentido del oído conozco los sonidos que producen los objetos y escucho lo que dicen los demás. Para cuidar mis oídos mantengo limpias mis orejas, nunca meto objetos en mis oídos, y escucho sonidos a un volumen adecuado.
El sentido del olfato me permite distinguir los olores. Para cuidar el sentido del olfato uso pañuelos para limpiar mi nariz, me la cubro con un pañuelo cuando hay polvo y nunca introduzco objetos en ella.
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